Cómo hacer un sándwich perfecto

Hoy en la cocina de Leo, hay una gran emoción. Leo quiere hacer el sándwich perfecto. Él coge dos rebanadas de pan. Se siente muy feliz. Pero, de repente, mira el pan. El pan parece un poco seco. ‘¡Oh no!’, dice Leo. ‘No puedo hacer un sándwich perfecto con pan seco.’

Leo piensa. ¿Qué puede hacer? Primero, decide buscar un poco de mantequilla. La mantequilla es buena para hacer el pan más sabroso y suave. Él abre el refrigerador y encuentra un paquete de mantequilla. ‘¡Genial!’ dice. Entonces, Leo pone un poco de mantequilla en el pan. El pan se ve mejor. Pero todavía hay un problema. ‘¿Qué tipo de sándwich quiero hacer?’, se pregunta.

Leo mira en la nevera de nuevo. Ve jamón, queso y lechuga. ‘¡Es un buen comienzo!’, piensa. Pero el queso está muy frío. ‘¡Ay no!’, exclama. El queso no se derrite bien en su boca si está muy frío. Leo necesita una solución.

Entonces, decide calentar el queso. ¿Cómo? Bueno, él puede ponerlo en el microondas. Así que pone el queso en un plato y lo calienta por 10 segundos. ‘¡Perfecto!’, dice Leo, al ver que el queso se derrite un poco. Pero ahora el jamón está en un paquete. Leo debe abrir el paquete de manera cuidadosa. Si no tiene cuidado, puede hacer un desastre. Leo respira hondo y abre el paquete con cuidado. ‘¡No más despedazar mi jamón!’, dice riendo.

Con el jamón en la mano, Leo coloca una rebanada en el pan. Luego pone el queso derretido encima. Pero el sándwich todavía se ve un poco vacío. Él quiere más verdura. Así que busca la lechuga. Cuando encuentra la lechuga, se da cuenta de que está un poco marchita. ‘Esto no es bueno,’ dice. ‘No quiero lechuga fea en mi sándwich perfecto.’

Leo mueve la lechuga a un lado y corre hacia el mercado. En el mercado, busca lechuga fresca. ‘¡Hola, señora!’, dice Leo a la vendedora. ‘¿Tienes lechuga fresca?’ La señora sonríe y dice: ‘Sí, tengo lechuga muy fresca.’ Leo compra un par de hojas y rápidamente regresa a casa.

De vuelta en la cocina, Leo examina su sándwich de nuevo. Toma las hojas de lechuga y las coloca sobre el queso. ‘Esto se ve bien,’ dice con una sonrisa. Pero, ¿es suficiente? No, no lo es. Leo quiere tener un poco de sabor extra. Se acuerda de la mostaza que le encanta. ¿Dónde está la mostaza? Al buscar en la alacena, encuentra un frasco de mostaza. ‘¡Sí!’ grita Leo.

Abre el frasco y coloca un poco de mostaza en su sándwich. ‘¡Este sándwich será increíble!’ Leo está muy emocionado. Pero de repente, se siente un poco nervioso. ¿Está bien construido su sándwich? Siente que falta algo. ‘Quizás un poco de sal y pimienta,’ piensa. Él salpica un poco de sal y pimienta sobre la lechuga. Leo mira su sándwich. Está casi listo, pero aún no está seguro. ‘¿Falta algo?’ se pregunta. De repente, se da cuenta de que necesita un poco de textura. Un sándwich perfecto no es solo sabor. Es textura también. Así que decide agregar unas papas fritas. Las papas fritas son crujientes y divertidas. Pero, ¿dónde están? Leo va al armario y busca. ¡Ahí están! Él encuentra una bolsa de papas fritas y la abre. ‘¡Perfecto!’ dice, mientras se ríe de su idea. Él toma un puñado de papas y las coloca en el sándwich. ‘Esto será explosivo’ dice con entusiasmo.

Pero ahora, hay otro problema. El sándwich es muy alto. Leo sabe que si lo cierra, toda la comida puede caer. ‘¡Ay no!’, grita. ‘Necesito algo para mantenerlo juntos!’ Entonces recuerda que tiene palillos en la cocina. Los palillos son pequeños, pero ayudan mucho. Leo busca los palillos y los encuentra. ‘¡Genial!’, grita. Con cuidado, atraviesa el sándwich con dos palillos. Ahora, su sándwich no solo tiene buen aspecto, también es más fácil de manejar.

Con el sándwich listo, Leo decide que debe presentarlo bien. ‘El sándwich perfecto necesita una buena presentación’, piensa. Él busca un plato bonito. Encuentra un plato azul que le gusta. Coloca su sándwich en el plato y se siente orgulloso. Pero no está terminado.

Leo ve un poco de perejil en la mesa. ‘¡Eso es!’ dice emocionado. Él corta un poco de perejil y lo coloca al lado del sándwich. ‘Ahora sí, esto es un banquete!’ Leo está listo para probar su creación.

Pero antes de comer, escucha un ruido. ¡Es su perro, Toby! Toby mira el sándwich con ojos grandes. Leo ríe y dice: ‘Este es mi sándwich perfecto, Toby. No puedes comerlo, ¡pero puedo compartir un poco contigo!’ Leo decide darle un pequeño trozo de lechuga a Toby. Toby mueve la cola feliz. ‘Tú también mereces algo sabroso, amigo’.

Finalmente, Leo toma un gran bocado de su sándwich. ‘¡Mmm, esto está delicioso!’ dice con la boca llena. Está muy satisfecho. Leo piensa que todo el esfuerzo ha valido la pena. Pero, entonces, recuerda que debe compartir su secreto del sándwich perfecto. Así que él se sienta y escribe un pequeño consejo en una hoja. ‘Para hacer un sándwich perfecto, usa pan fresco, ingredientes frescos y un poco de creatividad. No tengas miedo de probar cosas nuevas y, sobre todo, diviértete en la cocina’. Este consejo es su regalo para todos los que quieren hacer el sándwich perfecto también.

Finalmente, Leo mira el sándwich, feliz y satisfecho. Sabe que cada paso, cada problema y cada solución hicieron su comida especial. Hoy, su sándwich perfecto no solo es una comida, sino una experiencia.