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Beginner2025-02-11

La música y el ejercicio

Cómo la música puede mejorar tu rutina de ejercicio

La música y el ejercicio

¿Sabías que el 70% de las personas dicen que no les gusta hacer ejercicio? Muchas personas piensan que hacer ejercicio es aburrido y difícil. A veces, es difícil encontrar motivación para moverse. Sin embargo, hay una solución fácil y divertida: ¡la música!

Conocemos a Carla, una joven que tiene un problema. Ella quiere estar saludable y feliz, pero no le gusta hacer ejercicio. Carla siempre se siente cansada y poco motivada. Un día, su amiga Ana le dijo, "Carla, ¿por qué no pruebas a escuchar música mientras haces ejercicio?" Carla no estaba segura. No pensaba que la música pudiera ayudar.

Una tarde, sin embargo, Carla decidió intentarlo. Puso su canción favorita y salió a caminar. Al principio, se sintió un poco rara. Caminaba despacio y miraba al suelo. Pero, después de unos minutos, comenzó a mover sus pies al ritmo de la música. La canción tenía un tempo rápido y divertido. Carla sonrió y sintió más energía. Al final de su caminata, ella se sorprendió. Había caminado durante una hora, y no se había dado cuenta. La música había hecho que el ejercicio fuera más fácil y divertido.

Después de esa experiencia, Carla se entusiasmó más con el ejercicio. Pero también tuvo otro problema. A menudo, se olvidaba de hacer ejercicio en su rutina diaria. Quería hacer ejercicio todos los días, pero se distrajo con el trabajo y la escuela. Un día, pensó en cuánta música le gustaba. Ella quería escucharlo más, así que decidió hacer una lista de reproducción especial. Esta lista de reproducción tendría solo canciones que le gustaran mucho.

Cada mañana, Carla ponía su lista de reproducción y se preparaba para hacer ejercicio. Al principio, ella solo caminó. Pero después empezó a correr, a bailar y a hacer yoga. La música la motivó a hacer diferentes tipos de ejercicio. Carla se sentía feliz y energizada al escuchar sus canciones preferidas. Se dio cuenta que el ejercicio no solo era bueno para su cuerpo, sino también para su mente. La música le daba alegría y energía.

Pronto, Carla empezó a invitar a sus amigos a hacer ejercicio con ella. Cada sábado, tenían una “fiesta de ejercicio” en el parque. Llevaban altavoces y ponían música. Todos bailaban y se movían. A veces, Carla les enseñaba a hacer ejercicios fáciles, como saltar, bailar y correr. Todos se divertían juntos. La música creó una atmósfera muy buena. Todos se sentían felices de hacer ejercicio en grupo. La música hizo que el ejercicio fuera social y emocionante.

Con el tiempo, Carla se volvió más fuerte. Ya no se sentía cansada. Ella podía correr más y subir montañas. Sus amigos también estaban más saludables y alegres. Carla pensó en cómo sí podía hacer ejercicio. La música le había cambiado la vida. Ella se dio cuenta que el ejercicio no tenía que ser aburrido. Si tienes buena música, puedes disfrutarlo. ¡Debemos recordar eso!

El poder de la música es increíble. Puede transformar un momento aburrido en uno divertido. Nos motiva a movernos y a disfrutar de la vida. La combinación de música y ejercicio es mágica. Carla quería compartir su historia con otras personas. Ella decía, "¡Haz ejercicio, escucha música y diviértete!" La música es una herramienta poderosa que todos podemos usar. Carla está muy feliz porque al final ha encontrado una solución sencilla para su problema: hacer ejercicio es divertido cuando hay buena música. Ahora, ¿cómo puedes usar la música en tu rutina de ejercicio? Un día, Carla se dio cuenta de que aunque la música la motivaba, no tenía una rutina fija. Esto le causaba problemas porque no siempre hacía ejercicio. Pensó que necesitaba un plan. Entonces, decidió organizar su semana. Hizo un calendario. En el calendario, puso días específicos para hacer ejercicio. Algunos días eran para caminar y otros para bailar o hacer yoga. Cada día, ella se preparaba y escuchaba su música favorita. Esto la ayudaba a no olvidar sus sesiones de ejercicio.

Carla se sintió más organizada. Estaba emocionada de seguir su plan. Pero había un nuevo problema: a veces, el clima no era bueno. Llovía o hacía frío, y ella no podía salir. En esos días, Carla se sentía triste porque no quería dejar de hacer ejercicio. Sin embargo, no se dio por vencida. Recordó que también podía hacer ejercicio en casa.

Ella buscó videos de ejercicio en internet y encontró algunas clases de baile. A veces, ponía música alta y bailaba en su sala. Era muy divertido. Carla no solo hacía ejercicio, también se reía y disfrutaba. Esto le enseñó que el ejercicio no solo es en el parque o en el gimnasio. También puede ser en casa. Ella quería que su experiencia fuera más divertida, así que empezó a compartirla en redes sociales.

Sus amigos la alentaron y comenzaron a hacer ejercicio juntos virtualmente. Carla les enviaba videos y ellos hacían la misma rutina. A veces, ponían música juntos y bailaban. Esta conexión fue muy buena porque todos se sentían acompañados a pesar de la distancia. Carla se dio cuenta de que la música tenía el poder de unir a las personas, incluso cuando estaban lejos.

Con el tiempo, la energía de Carla aumentó. Ella comenzó a correr más rápido y a bailar sin parar. También aprendió más sobre diferentes tipos de música. Desde música pop hasta música latina, descubrió que cada ritmo la motivaba de una manera distinta. La variedad de música la mantenía interesada. Ella sentía que cada canción le daba un nuevo impulso. Ahora, el ejercicio era parte de su rutina diaria.

Un día, Carla tuvo una gran idea. Decidió organizar un evento en su comunidad. Quería invitar a todos a una “fiesta de ejercicio”. La idea era simple: poner música y moverse juntos. Carla habló con su ciudad y obtuvo un parque para el evento. Ella invitó a sus amigos, a sus vecinos y además, publicó en redes sociales. Hacía mucho tiempo que la comunidad no se reunía. El día del evento, la energía era increíble. Todos llegaron con sonrisas. La música llenaba el aire.

Al principio, todos se movían un poco tímidamente. Pero luego, empezaron a bailar y a disfrutar. Carla se sintió feliz al ver a todos juntos. Les enseñó algunos movimientos de baile. Todos rieron y se motivaron unos a otros. A medida que avanzaba el evento, la alegría era palpable. La música mantuvo a todos activos. Al finalizar, todos estaban cansados, pero felices. Carla sabía que su idea había funcionado.

La música había unido a las personas. Muchos decidieron seguir haciendo ejercicio juntos después de ese día. Al final, Carla reflexionó sobre su viaje. Desde que comenzó a escuchar música, su vida cambió. El ejercicio ya no era un problema. Era una fiesta. La música era la clave. Ella quería recordar a todos que con música, disfrutarían del ejercicio.

Ahora, Carla aconseja a otros: "No te rindas. Usa la música. Es una herramienta mágica. Puedes hacerlo en casa o en un parque. Comparte tu alegría. Hacer ejercicio puede ser divertido, solo necesitas un buen ritmo". La historia de Carla nos enseña que la música puede transformar no solo nuestra forma de ejercitar, sino también nuestras vidas. La combinación de ejercicio y música no solo nos hace saludables, sino que también nos conecta entre nosotros. Recuerda, la música hace que nuestro cuerpo se mueva y nuestro espíritu brille, ¡y eso es lo más importante!

Quiz

¿Qué le sugirió Ana a Carla para mejorar su experiencia con el ejercicio?

¿Qué hizo Carla para no olvidar hacer ejercicio todos los días?

¿Cuál fue la idea que tuvo Carla para unir a la comunidad?