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Beginner2025-03-05

La sirena y el marinero

Un cuento mágico del mar

La sirena y el marinero

El mar estaba furioso. Las olas eran grandes y oscuras. Un barco pequeño luchaba contra la tormenta. Un marinero, llamado Ricardo, se agarraba fuerte al mástil. Tenía mucho miedo, pero necesitaba ser valiente. El viento gritaba y la lluvia golpeaba su cara. Ricardo pensaba en su familia, en su casa lejos del mar. De repente, una ola enorme golpeó el barco. Ricardo cayó al agua fría y oscura.

Ricardo nadaba con todas sus fuerzas. Pero el mar era demasiado fuerte. Se sentía cansado y pensaba que iba a morir. Entonces, vio algo brillante en el agua. Era una luz, como una estrella bajo el mar. La luz se acercaba a él. Ricardo cerró los ojos, esperando lo peor. Pero en lugar de hundirse, sintió que algo lo levantaba. Abrió los ojos y vio a una sirena.

La sirena era hermosa. Tenía el pelo largo y verde, y ojos grandes y azules. Su cola brillaba con muchos colores. La sirena sonrió a Ricardo. Él no podía creer lo que veía. ¿Una sirena? ¿De verdad? La sirena lo llevó a una cueva debajo del mar. La cueva era mágica, con luces y plantas brillantes. Había muchos peces de colores nadando alrededor. Ricardo estaba asombrado. Nunca había visto nada igual. La sirena le ofreció comida y agua. Ricardo tenía mucha hambre y sed. Comió y bebió con gratitud. La sirena le dijo su nombre: Marina.

Marina le contó a Ricardo sobre su vida en el mar. Le dijo que ella protegía a los marineros perdidos. Ricardo le contó sobre su vida en la tierra, sobre su familia y su trabajo. Hablaron durante mucho tiempo. Ricardo se sentía seguro y feliz con Marina. Pero también extrañaba su casa. Quería volver a ver a su familia. Le preguntó a Marina si podía ayudarlo a volver a la tierra. Marina se puso triste. Ella no quería que Ricardo se fuera. Le gustaba mucho su compañía. Pero sabía que Ricardo pertenecía a la tierra.

Marina pensó durante un rato. Después, dijo: "Te ayudaré, Ricardo. Pero debes prometerme algo". Ricardo preguntó: "¿Qué cosa?". Marina respondió: "Debes prometerme que nunca olvidarás nuestra amistad. Y que siempre recordarás la magia del mar". Ricardo prometió a Marina que nunca la olvidaría. Marina sonrió. Le dijo que al día siguiente lo llevaría a la costa. Esa noche, Ricardo durmió en la cueva de Marina. Soñó con su familia y con el mar. Soñó con la sirena y su amistad mágica. Al día siguiente, Marina llevó a Ricardo a la costa. Lo dejó en una playa cerca de su pueblo. Ricardo le dio las gracias a Marina. La abrazó fuerte y le dijo adiós. Marina se sumergió en el mar y desapareció.

Ricardo caminó hasta su pueblo. Su familia estaba muy feliz de verlo. Pensaban que había muerto en la tormenta. Ricardo les contó sobre la sirena que lo había salvado. Al principio, no le creyeron. Pero Ricardo insistió. Les contó sobre la cueva mágica y la amistad con Marina. Finalmente, su familia entendió. Ricardo nunca olvidó a Marina. Siempre recordaba la magia del mar. A veces, iba a la playa y miraba el horizonte. Esperaba ver a Marina otra vez. Sabía que su amistad era especial. Una amistad entre un marinero y una sirena. Una amistad que duraría para siempre. Pasaron muchos años. Ricardo se hizo viejo. Siempre recordaba a Marina y su promesa. Un día, Ricardo decidió construir un barco nuevo. Quería navegar otra vez. Su familia estaba preocupada, pero entendían su amor por el mar. Ricardo construyó un barco fuerte y bonito. Lo llamó "La Sirena". Un día soleado, Ricardo zarpó. Navegó lejos de la costa. Quería encontrar a Marina. Navegó por muchos días y muchas noches. El mar estaba tranquilo y el cielo era azul. Ricardo cantaba canciones de marineros. Recordaba las historias que Marina le contaba. De repente, escuchó una voz familiar. Era una voz suave y melodiosa. Ricardo miró al agua. Allí estaba Marina. Ella era tan hermosa como la recordaba. Su pelo verde brillaba al sol. Sus ojos azules brillaban con alegría.

"¡Ricardo!", dijo Marina. "Sabía que volverías". Ricardo sonrió. Estaba muy feliz de verla otra vez. "Marina", dijo Ricardo. "Nunca te olvidé. Eres mi amiga más especial". Marina nadó cerca del barco. Ricardo le contó sobre su vida, sobre su familia y sobre su barco. Marina le contó sobre el mar, sobre los peces y sobre las nuevas cuevas mágicas. Hablaron durante mucho tiempo, como en los viejos tiempos. Ricardo le preguntó a Marina si quería subir al barco. Marina dijo que sí. Con la ayuda de Ricardo, Marina subió al barco. Era la primera vez que estaba en un barco. Estaba muy emocionada. Ricardo le mostró todo el barco. Le enseñó las velas, el timón y la cabina. Marina estaba fascinada. Pasaron muchos días navegando juntos. Ricardo le enseñó a Marina a navegar. Marina le enseñó a Ricardo los secretos del mar. Se rieron, cantaron y contaron historias. Su amistad se hizo aún más fuerte.

Un día, Marina le dijo a Ricardo: "Debo volver a mi hogar en el mar". Ricardo se puso triste, pero entendía. Sabía que Marina pertenecía al mar. Ricardo llevó a Marina de vuelta a su cueva. Se despidieron con un abrazo fuerte. "Nunca te olvidaré, Ricardo", dijo Marina. "Yo tampoco te olvidaré, Marina", dijo Ricardo. Marina se sumergió en el mar y desapareció. Ricardo volvió a su barco. Sintió una gran tristeza, pero también alegría. Sabía que siempre tendría a Marina en su corazón. Navegó de vuelta a su pueblo. Su familia lo estaba esperando. Les contó sobre su aventura con Marina. Les dijo que su amistad era eterna. Ricardo siguió navegando por muchos años. Siempre recordaba a Marina y la magia del mar. Siempre buscaba a otros marineros perdidos para ayudarlos. Quería compartir la bondad de Marina con el mundo.

Ricardo murió muchos años después. Pero su historia vivió para siempre. La gente del pueblo contaba la historia del marinero y la sirena. Contaban la historia de su amistad mágica. La historia se convirtió en una leyenda. Una leyenda sobre la importancia de la amistad y el amor por el mar. Una leyenda que recordaba a todos que la magia existe, si uno cree en ella.

La historia de Ricardo y Marina nos enseña que la amistad puede existir entre personas muy diferentes. No importa si eres un marinero o una sirena. Lo importante es el amor y el respeto. También nos enseña que debemos cuidar el mar. El mar es un lugar mágico y lleno de vida. Debemos protegerlo para que las futuras generaciones puedan disfrutar de su belleza. La amistad entre Ricardo y Marina es un símbolo de esperanza. Nos muestra que es posible vivir en armonía con la naturaleza. Nos recuerda que todos somos parte de algo más grande. Todos estamos conectados al mar y a la vida. Por eso, debemos amar y proteger el mar, como Ricardo y Marina se amaron y se protegieron mutuamente.

Quiz

¿Cómo se llamaba el marinero en la historia?

¿Qué criatura mágica ayuda a Ricardo cuando cae al agua?

¿Cuál era el nombre de la sirena que se hizo amiga de Ricardo?