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Beginner2025-01-13

Pintura con los dedos

Una aventura colorida

Pintura con los dedos

Hoy quiero contarles sobre una aventura divertida que tuve una vez. Era un día soleado y mi amigo Pablo vino a mi casa. Teníamos un montón de papeles y pinturas, pero no eran pinturas normales. ¡Eran pinturas para usar con los dedos! Pablo dijo que podríamos hacer arte sin pinceles. Yo pensé que sería muy divertido.

Nos sentamos en el suelo de mi sala. Colocamos un gran papel blanco y abrimos los botes de pintura. Había rojo, azul, amarillo y verde. ¡Qué colores tan bonitos! Miré a Pablo y vi que sonreía. Él dijo, "Vamos a hacer algo increíble". Yo no sabía qué hacer, pero eso estaba bien. Decidí explorar las posibilidades.

Primero, metí mi dedo en el color rojo. Era brillante y vivaz. Miré el papel y pensé en un sol enorme. Así que dibujé un círculo grande. Pero, espera, el círculo no es un sol. Solo es un círculo rojo. Decidí que el círculo necesitaba rayos. Así que con mi dedo, dibujé líneas alrededor del círculo. Bien, ¡tenía un sol ahora! Pablo me miró y dijo que era genial. Pero luego me preguntó: "¿Y si el sol tiene amigos?".

Eso me hizo pensar. ¿Qué amigos tiene el sol? Tal vez, ¡las estrellas! Pero las estrellas son diferentes. Tienen formas raras. Así que tomé el color amarillo y usé mi dedo para hacer algunas estrellas en el cielo. Eran solo manchas de color, pero imaginé las estrellas brillantes. Pero, esperen, ¿dónde está el cielo? Solo había una hoja blanca con un sol y algunas manchas. Así que decidí que necesitaba el color azul.

Tomé el azul y lo pasé con mis dedos. ¡Wow! Ahora el papel tenía un cielo enorme. ¡Me encantaba! Pero había un problema. El cielo era azul y el sol estaba en el papel, pero no había tierra. Sin tierra, el sol se sentía solo. Miré a Pablo, quien estaba con su dedo en el color verde. Él sonrió y dijo: "Vamos a hacer un jardín".

Así que tomé el verde y dibujé algunas líneas. ¿Eran plantas? ¿Eran árboles? No estaba seguro. Pero el verde hacía todo más bonito. Luego, Pablo tomó su dedo y usó el color amarillo para hacer flores. Las flores eran redondas y alegres. Robábamos un poco de color de un lado al otro. Había momentos en los que el papel parecía un arcoíris.

Mientras pintábamos, empezamos a hablar sobre el arte. Pablo dijo que, a veces, el arte no necesita un plan. ¿Es verdad?, pensé. La pintura estaba cambiando mientras jugábamos. A veces, mis dedos se movían solos, y en lugar de pensar, solo sentía el color. Era como si los colores tuvieran vidas propias y querían ser algo. Tal vez debíamos ser simplemente creativos y jugar con ellos.

Después de un tiempo, miré el papel y vi que había mucho. Había un sol, un cielo, un jardín y flores. Pero había algo más. Durante el proceso de pintar, había pintado mis manos también. Mis dedos eran un caos de colores. Me reí y le dije a Pablo, "¡Mira! Mis manos son el arte ahora". Él se rio y dijo que eran las manos más coloridas del mundo.

Entonces, empezamos a explorar aún más. Pintamos nuestros brazos, nuestras caras, incluso nuestros pies. La sala se llenó de risas y pinturas. Nos olvidamos del papel. Estábamos apenas disfrutando del momento, explorando el arte de una manera nueva y divertida. Mientras estábamos cubiertos de pintura, pensé en algo divertido. ¿Y si pintáramos un monstruo? Un monstruo puede ser mágico y muy divertido. Así que, con mi dedo verde, dibujé una forma extraña con ojos grandes. Era un monstruo feliz, ¡no daba miedo! Pablo, emocionado, dijo: "¡Vamos a hacerle amigos!" Usó su dedo azul y pintó otro monstruo. Era un monstruo con un sombrero. ¡Qué locura! Todos los colores se mezclaban y creaban más colores. El papel parecía un festival.

Quiz

¿Qué actividad hicieron el narrador y Pablo en la historia?

¿Qué colores de pintura utilizaron durante la actividad?

¿Qué dijeron los amigos sobre el arte mientras pintaban?